“Tener una estructura sustentable y eficiente cambia el paradigma en la construcción”

Publicado el 12-09-2022

Entrevista en extenso a Gerardo Armanet, arquitecto de Tallwood a cargo del Edificio Tamango, construcción híbrida de Coyhaique.

Gentileza  Gerardo Armanet, de Tallwood

Es probablemente el proyecto de construcción en madera más destacado del momento: el Edificio Tamango, un edificio pionero, no solo en Chile, sino también a nivel de Latinoamérica. Este nace por encargo de las familias Puchi y Traeger, de impulsar en Coyhaique un paradigma sustentable, ante un escenario de contaminación en la región, lo que también ha implicado sortear las dificultades logísticas, como el transporte de materiales y la construcción en esta zona austral.

 

Breve historia y características destacadas del proyecto

Gerardo Armanet, arquitecto a cargo del proyecto, estaba regresando a Chile desde Finlandia, luego de impartir clases en el Wood Program, de la Universidad de Aalto, Helsinki, orientado al estudio de las últimas tecnologías en madera. A su llegada, se unió al arquitecto Juan José Ugarte para poner en marcha el análisis y las siguientes etapas del proyecto.

El edificio Tamango es un proyecto de doce pisos de altura, 19.700 m2, con tres subterráneos para 220 estacionamientos, que viene a cubrir la escasez de estos espacios, pero también de servicios, comercios y oficinas, que irán situadas en los primeros dos pisos, conformando un zócalo. Los diez pisos restantes son dos torres unidas, de madera, de 68 departamentos, entre los 90m2 y 140 m2, de tipo dúplex, tríplex y programas con 2 a 3 dormitorios. El edificio está conformado por aproximadamente 1.870  de madera, que capturan en su estructura 1.495 toneladas de dióxido de carbono. Adicionalmente a esta captura, posee otras características de eficiencia energética, como bombas de calor eléctricas de alta eficiencia, sistemas de losas radiantes, con la finalidad de cumplir con el plan de descontaminación en la zona de Coyhaique. Se requirió un estudio acabado para crear las envolventes, con equipos expertos de eficiencia energética. En el proyecto en general participaron más de 20 profesionales chilenos y extranjeros, de Finlandia y Canadá.

En entrevista en extenso para Hilam Arauco, Gerardo Armanet desarrolla las particularidades de este proyecto emblemático en madera para la zona sur, y también aborda los actuales desafíos y oportunidades que presenta la construcción en madera en el país.

 

¿Por qué se escoge la madera como elemento constructivo principal en este proyecto?

La sustentabilidad es una razón muy importante, pero la madera también ha logrado, con sus avances tecnólogicos en las últimas décadas, ser un material altamente competitivo. El montaje de la estructura prefabricada, cortada, con todas sus piezas, es muy rápido. Entonces, las primeras razones son: la eficiencia en el montaje y la sustentabilidad. Tener una estructura sustentable y eficiente cambia el paradigma en la construcción. Hay también un objetivo de descentralización, una oportunidad de generar en la ciudad un punto de atracción con un edificio innovador, positivo y un buen referente en la región, y por qué no decirlo, en Latinoamérica.

 

¿Podría profundizar en las ventajas de construir en madera?

Para que un material se posicione en el mercado, debe tener muchos «checks» en toda la cadena de valor. En la construcción hay mucha inversión, en la que no se puede especular. La madera tiene muchos beneficios que se han ido desarrollando en el tiempo, desde su fabricación, montaje, uso y vida útil. Las ventajas están en todas estas fases y eso hace que se haya posicionado como un material factible de usar de manera industrializada y para soluciones importantes en la construcción.

Diría que tiene tres ventajas en cada una de sus fases:

Fabricación: cada kilo de madera captura 1,8 kg de CO2. Es un material estructural renovable. No contamos con otros materiales renovables con alto desempeño. Además plantea una esperanza, la de que seguirá desarrollándose tecnológicamente y de ser un material renovable en un uso estructural, eso es algo relativamente nuevo, de los últimos 30 años.

Montaje: se construye en seco, libera muy poco material particulado durante la fase de construcción. Es silencioso: hoy existe mayor conciencia de lo que implica construir en medio de una ciudad y sobre nosotros mismos, es decir, hay cada vez menos suelos, menos donde expandirse, entonces la madera aparece como una buena oportunidad. Tampoco genera residuos al montar los elementos estructurales. Hay una gran diferencia versus otros tipos de construcción. Ahora se tienen que medir los escombros que se producen porque antiguamente uno no tenía conciencia y era mucho más barato dejarlos en cualquier lado, pero hoy en día, uno sabe que eso tiene un costo (ambiental).

Uso: la madera es un material con muy buenas capacidades térmicas que ayudan a la eficiencia energética del edificio. Es higroscópico, es decir, tiene la capacidad de retener y liberar humedad, lo que genera una sensación de confort importante. Cualquier persona que ha estado en una casa de madera lo ha podido percibir. Y a la vez, es un material «honesto» en el sentido de su vida útil, porque cuando esta termina, es fácil de desmontar y se puede reciclar de muchas maneras.

 

¿Qué plazo tienen para que esta obra esté finalizada, comparando con un edificio con otros materiales constructivos?

Este es un edificio híbrido, todos los subterráneos, el zócalo y los tutores son de hormigón, están en el centro de la estructura de madera, que los rodean. El proyecto acorta su plazo en total 4 meses, que es el tiempo que se ahorra en la fase de obra gruesa, en la que no tienes que montar andamiaje alrededor. Solamente se necesitan 2 grúas y 8 operarios para montar esa estructura, es un ahorro importante. Es un primer paso para lograr este tipo de estructura y esperamos que cada vez sea más eficiente. Y que la normativa nos vaya acompañando cada vez más.

 

¿Dónde está el punto de partida de la masificación de la utilización de la madera en proyectos de mediana y gran escala? ¿Debe partir por los privados? ¿Cómo ves el rol del ente público?

Yo veo el vaso medio lleno, aunque con muchas exigencias en el futuro. El mundo nos pide cambios para resolver las necesidades que hoy existen en cantidad y calidad de las viviendas, que son demandantes y exigentes. Hemos avanzado, sin duda, porque el hecho de que hayamos podido obtener un permiso de edificación en Coyhaique para un edificio de 12 pisos con maderas industrializadas laminadas y contralaminadas, habla de un esfuerzo realizado como país en las últimas décadas para llegar a tener ciertos estándares que se pueden medir, y así los organismos fiscalizadores puedan determinar que cumplen con la normativa.

Sí hay un avance, pero sin duda nos queda muchísimo por avanzar y si no logramos trabajar en equipo entre los entes gubernamentales, los profesionales, los fabricantes y la industria, no vamos a cumplir con el ritmo que se requiere. Necesitamos avanzar más rápido, por ejemplo, en la normativa sísmica chilena. Podríamos traer la experiencia extranjera, eso sirve y hay que hacerlo, pero cada lugar, cada región, cada país y continente tiene particularidades que son imposibles de evadir, como las características de Chile, de alta sismicidad, con una normativa muy exigente. Ahí hay grandes desafíos, actualmente ya se está trabajando en ello, pero hay que acelerarlo.

Otro punto es, que los tipos de madera laminados y contralaminados estén incluidos en la normativa chilena como materiales independientes, no solo como madera. Se está trabajando en eso, en adaptar la norma para agregarlos, también en la normativa acústica, térmica, de fuego y también la  durabilidad para garantizar que las estructuras de madera sean durables. La normativa es antigua, se debe actualizar. Hay que juntarse con mayor eficiencia , a nutrir estas normas, a mejorarlas. Tenemos un desafío hoy: el Ministerio de Vivienda lanzó un plan de emergencia de 260 mil viviendas en 4 años y la verdad es que se necesita dedicar un esfuerzo importante para que esas viviendas incorporen de alguna manera la sustentabilidad, la eficiencia y la industrialización.

 

¿Cómo fue la experiencia a nivel de permisos?

Hay una curva de aprendizaje. En Chile ya tenemos normas prescriptivas de tabiquería estructural, se podría decir que funciona hasta 5 pisos. En el fondo uno plantea soluciones constructivas que están en los catálogos del Minvu y eso es fácil de revisar. Cuando uno supera esa altura, requiere que especialistas emitan informes, para que se garantice que se están cumpliendo normas internacionales admitidas por la normativa local. En ese sentido, se hace más complejo obtener estos permisos de edificación desde el punto de vista del mandante que tiene que trabajar con estos profesionales para obtener y asegurar la calidad de la obra, cumplir con las normativas térmicas, de fuego y acústicas. Ahora, es algo que sigue avanzando en el resto del mundo, no es que en los demás países desarrollados en madera esté todo resuelto. Lo bueno es que es muy posible hacer: Chile permite que profesionales idóneos se responsabilicen con su experiencia y vean que un proyecto con tecnologías cumple la normativa chilena y así la persona que está revisando, tiene la posibilidad de admitir los informes.

En Canadá ya existen manuales prescriptivos para construir hasta en 12 pisos, entonces, naturalmente debiéramos avanzar a tener los nuestros por sobre los 6 pisos, hasta los 12 e ir avanzando en tramos para que sea mucho más fácil diseñar para nosotros, y recibir los proyectos en el caso de los organismos municipales y direcciones de obra.

 

Además del tema normativo, ¿cuáles otros obstáculos ha visto para la construcción en madera? ¿Desconocimiento? ¿Hacer las cosas de una sola forma?

Creo que el tema de la inercia, es decir, de cómo se viene construyendo, es el principal desafío. Nadie quiere correr riesgos. Uno no puede plantearlo como «vamos a ensayar en tu casa o departamento para ver cómo nos va», por supuesto que no. Es el mayor obstáculo, pero no me gustaría llamarlo así, porque a la vez es un gran desafío. Lo que hacemos en general es eliminar las incógnitas. Cuando nos vemos enfrentados a una innovación, no tenemos para qué hacer todo desde cero, todo lo contrario, vemos qué materiales usan, el área de expertise y hagamos ciertas modificaciones sobre la base de la metodología , incorporar elementos que pueden hacer más eficiente el montaje, más sustentable, más rápido. La verdad es que la madera se asocia muy bien a otros materiales, como el hormigón y el acero. En ninguna parte, si uno quiere construir en altura, tiene la posibilidad de «borrar los materiales que existían» y no es la idea, sino que es asociarse a esos materiales, lograr mejores sumatorias de emisiones de gases de efecto invernadero. En ese sentido, se puede innovar de a poco, ir haciendo prototipados, agregar innovación ciertas partes de tu proyecto, capacitar a tu equipo e incluir la curva de aprendizaje en tu carta gantt.

Lo que hacemos desde el principio, para evitar los obstáculos, es analizar con todos los profesionales involucrados cómo va a afectar la innovación en el proyecto, comparado con el sistema tradicional de construcción. Pasa en general en la construcción, cuando hay una inercia muy grande, es que los profesionales están acostumbrados a hacer los proyectos cada uno en su oficina, separados y se juntan al final, fijan el precio, porque ya hay un conocimiento de los costos, cómo se va a montar, etc. Nosotros invertimos el proceso, nos juntamos todos al principio, vemos cuáles de las alternativas que existen, según los requerimientos del mandante, cómo lo hacemos viable para que esta innovación funcione y sea competitiva. Ahí se acotan las incógnitas y así se puede innovar. Quizás el proceso de diseño va a ser más largo, pero está claro que el concepto de «construir antes de construir» produce ahorros en la etapa en la que más se gasta, que es la construcción. Si se invierte más en la etapa de diseño, vas a obtener ahorros con estos sistemas prefabricados e industrializados en la etapa de construcción y más aún cuando se incluye la  curva de aprendizaje.

Por ejemplo, el edificio Brock Commons, en Canadá, se logró construir en promedio a 220m2 por día, incluidas las fachadas terminadas. La estructura completa es de 18 pisos, tiene un zócalo de hormigón en el primer piso, pero el resto de los 17 pisos se construyeron en 66 días y la curva de aprendizaje fue casi de un 200% desde el 3er piso a la velocidad que se alcanzó hasta el piso 18. Entonces claramente sí hay potencial para desarrollar, pero se requiere de un tiempo, dedicación y de aprender.

 

¿Y cree que aún falta más conciencia medioambiental?

Ya nadie puede discutir que el tema medioambiental y el efecto de los gases en la atmósfera es evidente. No hay discusión al respecto. Todos los que estamos tratando de aportar desde nuestros puestos en la profesión, lo tenemos muy asumido, todos queremos dar respuestas y por lo mismo, lo que hacemos en nuestra oficina es casi no hablar tanto de esto, porque queremos que  la respuesta sea competitiva y funcione. Los datos están: la construcción es responsable de más del 30% a nivel mundial, de los gases de efecto invernadero, en Chile es más alto, y de más del 30% de los residuos. Es un área muy importante, para lograr que nuestro país cumpla su meta de carbono neutralidad para el 2050. Estamos hablando de un tercio del problema. Y queremos dar respuestas eficientes y reales al problema.

 

¿Cómo podría convencer a algún mandante que quiere construir, el hacerlo en madera?

Esta pregunta me gusta mucho, porque curiosamente no es muy técnica. Cuando un conocido o familiar me dice que quiere construir algo y me pregunta «¿por qué lo haría en madera?». Y yo les respondo siempre lo mismo: honestamente, eso no ha cambiado en 20 años. Si se construye en madera, lo primero es que nos vamos a entretener, lo vamos a pasar bien ambas partes, porque trabajar en madera es muy entretenido, hay miles de tipos de uniones, hay una experiencia milenaria, la vemos en las pagodas, sus uniones, la cantidad de tipos de madera, de colores, olores, es un mundo en términos de diseño, fascinante, que da muchísimas posibilidades, y como arquitecto obviamente eso es muy motivante. Eso por un lado, se va a pasar bien.

Después, les comento que no van a aparecer sorpresas en el proceso, porque cada pieza que uno diseña está con su detalle, su tornillo, medio de unión, ensamble. No aparecen sorpresas en general en la obra. Es como un puzzle que viene y se arma. Uno, el carpintero, el jefe de obra lo pasamos mejor, está la obra seca, hay mejor temperatura. Hasta la música del parlante suena mejor. Hay un proceso que es más grato.

La tercera razón es que se va a disfrutar la casa, porque la sensación de confort es única, rodeado de un material que es renovable.

La cuarta razón la dejo al final: vas a saber que vas a vivir en un lugar que trabajaste, que se invirtieron los recursos   en una construcción hecha de manera sustentable, con un material renovable y un uso correcto de los recursos actuales, sin comprometer los de las generaciones futuras.

La madera es un elemento muy medible. Cuando uno tiene elementos que medir y ensamblar, hay que estar disponible a dedicar más tiempo en la fase de diseño para ganar en la etapa de construcción. Y por eso le llamamos «construir antes de construir», llegar más allá en el proceso de diseño de lo que uno tradicionalmente está acostumbrado.

 

 

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